La cuarta parte de la población sufrimos alergias, siendo la rinitis alérgica un síntoma de lo más frecuente. La congestión nasal, la tos, el lagrimeo y el pico nasal nos dificultan la respiración, hacen que no obtengamos el oxígeno que necesitamos, nos sentimos incómodos y nuestro bienestar se ve perjudicado ¿Qué podemos hacer para mejorarlo? Para hacer más llevaderas estas infecciones respiratorias podemos utilizar aceites esenciales. Con una aplicación tópica o con sus vapores podremos aliviar diferentes problemas respiratorios, minimizar la congestión o calmar los síntomas de estos problemas. ¿Quieres saber qué son y cómo nos benefician?
¿Qué son los aceites esenciales? Los aceites esenciales son compuestos aromáticos volátiles que acontecen de forma natural y se encuentran en las semillas, los tallos, las raíces, la corteza, las flores y otras partes de las plantas. Aportan a las plantas sus aromas, además de protegerlas y juegan un importante papel en la polinización.
Beneficios de los aceites esenciales
Los aceites esenciales contribuyen a una serie de beneficios. Además de los que dan a las plantas y de sus agradables fragancias, los aceites esenciales se usan en la preparación de alimentos, los tratamientos de belleza y las prácticas del cuidado de la salud.
Gracias a su aromaterapia podemos utilizarlos para tratamientos de belleza y bienestar e incluso como productos curativos. Tienen tres usos clave: relajantes, revitalizantes y estimulantes.
Los mejores aceites esenciales para respirar mejor.
Existen aceites esenciales que poseen unos beneficios que nos ayudan a respirar mejor y a calmar las molestias producidas por las vías respiratorias.
¿Quieres saber cuáles son?
1. De lavanda. Este aceite sirve para todo, desinflama, descongestiona y relaja. Es muy útil en los casos leves de catarro, infecciones de garganta
o bronquios. Puedes aplicar unas gotitas debajo de la nariz para destaparla y respirar mejor.
2. De clavo dulce. Este aceite posee compuestos antiespasmódicos y antivirales que frenan las molestias causadas por infecciones respiratorias. Sus activos relajan los conductos respiratorios y calman el dolor de pecho causado por el asma.
3. Aroma de eucalipto. ¡El más fresco! Es uno de los mejores remedios para las vías respiratorias. Ayuda a despejarlas si se inhala directamente del frasco o con poner un poco en el pecho. Es ideal para la bronquitis, tos y congestión.
4. De incienso. El aceite esencial de incienso cuenta con activos naturales que le aportan propiedades expectorantes y antiinflamatorias. Puedes aplicar unas gotitas en el pecho con un suave masaje para la descongestión de las fosas nasales.
5. De árbol de té. ¡Remedio natural contra las infecciones y dificultades respiratorias! Contiene propiedades antibióticas y antivirales, gracias a su aplicación se reduce la producción de moco y calma la tos.
6. De orégano. ¡Aceite prodigioso para mejorar la capacidad de respirar! El timol y el carvacrol despejan las vías respiratorias, en especial en casos de asma, bronquitis y resfriados.
7. Tomillo. El tomillo podemos tomarlo el té para tratar los síntomas de catarro, gripes, bronquitis, incluso asma.
8. Romero. Es una delicia de la comida pero además, nos puede servir para descongestionar y aliviar el dolor de cabeza causado por la sinusitis. Para conseguirlo, se ponen 4 o 5 gotitas de este aceite en una olla e inhalarlo.
9. Limón. Es muy energizarte y es útil para la gripe, dolor de oídos o garganta irritada. Un truquito para calmar la tos es poner en un vaso agua caliente, una cucharada de miel y unas gotas de aceite esencial de limón.
10. Hierbabuena y menta. Tienen un componente clave que hace despejar las vías súper rápido, Su aceite ayuda a tratar síntomas de tos, sinusitis, asma, bronquitis, resfriado y congestión nasal.
Nuestro bienestar está en el aire que respiramos y más en la época que viene, ¡pruébalos y respira como nunca con estos aceites esenciales perfectos para tus vías respiratorias!
TENER EN CUENTA… antes de aplicar los aceites se debe hacer siempre una prueba de sensibilidad en la muñeca o detrás de la oreja para impedir reacciones indeseadas.