Este es un hecho irrefutable: desde el agua del mar, el cloro de las piscinas o la radiación ultravioleta que te llega independientemente de dónde te encuentres – en la playa, la ciudad o en la montaña ¿ todo tiene efectos muy negativos sobre la piel y el cabello. Sin olvidar el calor y el aire acondicionado. ¿Cómo combatirlos?
Las claves son dos: protección e hidratación. Antes, durante y después, en fin, casi a cada momento, en ellas recae fundamentalmente el objetivo de disfrutar del feriado o de las vacaciones.
COMBATE LA DESHIDRATACIÓN:
Está comprobado que bañarse disminuye en nuestro cuerpo el contenido de agua. Así que los baños prolongados, nadar, los deportes acuáticos como el buceo, o aquellas actividades que suponen estar en el agua durante un periodo de tiempo largo, pueden deshidratar la piel, minando su capacidad de retención hídrica.
El agua clorada de las piscinas es especialmente perniciosa. Al igual que el agua caliente o dura (aquella que contiene más calcio) que también son agresivas con la piel. Por eso, si tienes la piel seca, es mejor que te des un baño o una ducha rápida (de cinco a diez minutos) en agua tibia. Después, utiliza una toalla suave ¿nunca áspera¿ para dejar la piel parcialmente seca. Aplica, inmediatamente después, un tratamiento hidratante cuando la piel aún está un poco húmeda, para sellar el agua en su interior.
A diferencia de las hidratantes clásicas, los tratamientos para después del sol, también conocidos como after-sun, contienen activos calmantes que alivian la piel, ayudando a que se regenere. De todas formas, no todos los after-sun son iguales. Sus fórmulas rivalizan en activos e ingredientes para reconstruir la barrera hidrolipídica tras la exposición solar.
AQUI UNOS EJEMPLOS DE LOS INGREDIENTES MAS COMUNES:
Vitaminas E y C: son reconocidas por sus propiedades anti-radicales libres y presentes en muchos after-sun para mantener a raya estos destrozadores cutáneos.
Autobronceador: añadidos a la textura en pequeñas dosis consiguen prolongar el bronceado y dejan la piel satinada.
Mentol: sus principios activos son indispensables para dar una sensación de frescor y calmar las irritaciones.
Alantoina, camomila, bisabolol, caléndula… todos y cada uno de estos ingredientes borran la sensación de ardor de las pieles tras una jornada non stop en la playa.
Aceites esenciales: son los encargados de recuperar y reponer los índices de hidratación de la piel.